¿Por qué sigues eligiendo relaciones que te duelen?

Jul 24, 2025

Y cómo empezar a elegirte a ti, sin miedo ni culpa

Hay una pregunta que acompaña a muchas mujeres con las que trabajo:

“¿Por qué, si soy consciente, inteligente y despierta… sigo cayendo en relaciones que me apagan?”

La respuesta no es tan simple como decir que “atraes lo que vibras” o que “tienes baja autoestima”.
Eso solo rasca la superficie.

La verdad es que detrás de cada elección amorosa que duele, hay una historia que aún no has visto con los ojos del alma.
Una lealtad inconsciente.
Un anhelo antiguo.
Una forma aprendida de merecer amor… que ya no necesitas seguir.

Tres raíces invisibles que te hacen repetir lo mismo

  1. Confundes amor con intensidad
    Has crecido asociando el amor al drama, a lo difícil, a lo que cuesta.
    Cuando llega alguien sano, presente o estable… se te apaga el deseo, porque tu cuerpo no lo reconoce como "familiar".
    Y así, vuelves a lo que conoces: la montaña rusa emocional.

  2. Crees que puedes “salvar” a la otra persona
    Muchas mujeres con un corazón sensible y profundo desarrollan una identidad de cuidadora.
    Piensan que si aman lo suficiente, el otro cambiará.
    Pero eso no es amor: es un intento desesperado de sentirse necesarias.

  3. Tienes miedo de estar sola… contigo
    La soledad no siempre duele por la falta del otro.
    Duele porque, al quedarte sola, aparece todo lo que no sabes cómo sostener en ti.
    Y ahí, a veces, eliges compañía que daña… solo por no escuchar el eco de tu vacío.

Cómo empezar a elegirte, de verdad

1. Nombra lo que hoy ya no quieres volver a vivir

Haz una lista honesta de los patrones que ya no estás dispuesta a repetir:

  • No volveré a suplicarle a nadie.

  • No volveré a abandonar mis necesidades.

  • No volveré a silenciarme para no incomodar.

2. Recuerda una vez en la que tú misma te dejaste sola

Este no es un acto de culpa, sino de conciencia.
¿En qué momento sabías que algo no estaba bien, pero te quedaste igual?
Escribe una carta compasiva a esa versión tuya que no sabía cómo salir.

3. Crea un símbolo diario de compromiso contigo

Puede ser un anillo, una vela, una frase en tu espejo.
Algo que te recuerde: “Aquí estoy. No me vuelvo a soltar.”

Un ejercicio para hoy:

Tu primer “sí a mí”

Esta noche, antes de dormir, respira profundo y pregúntate:

¿Qué puedo hacer mañana para no volver a abandonarme?

Y aunque sea algo pequeño —decir no, caminar sola, escribir tu verdad—
hazlo.
Ese gesto es tu primer sí.
Y cada sí abre una nueva historia.

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